Ayer fue un domingo en el que recargué pilas y no sólo yo sino mi familia al completo; subimos hasta Tamadaba, tiramos unas mantas en el suelo y aprovechamos para pasar parte del día juntos, disfrutando de la compañía y sobre todo de la naturaleza.
Norber llevó la cuerda y nos animamos a escalar, pero lo mejor fue cuando, después de insistirle bastante subió mi padre y luego mi madre, yo creo que nos sorprendimos todos, nadie esperaba que mis padres llegaran arriba del todo.
Al final del día, con la puesta del sol, quedó una preciosa postal del Teide de fondo, con el mar fundiéndose con el cielo y una oleada de nubes entre las montañas... una imagen para guardar en la retina, ya que las cámaras se quedaron sin batería, no se puede tener todo, ahora sí tenemos imágenes de mis intrépidos padres,
nunca es tarde no?
Ya sé qué regalarles para el día de Reyes jejeje